A través de un estudio clínico, quedó demostrada la efectividad y seguridad de extractos de cannabis de espectro completo —con mayor proporción de THC que CBD— como tratamiento adyuvante del dolor crónico, aportando evidencia de calidad sobre preparados que hasta ahora eran usados principalmente en contextos comunitarios o de autocultivo.
“Queríamos generar evidencia científica sobre los aceites que realmente usa la gente. Los que se hacen con flores enteras, no los aislados farmacéuticos”, explicó el Dr. Gregorio Bigatti, biólogo del CONICET y director del Programa Interdisciplinario de Cannabis Medicinal del CENPAT. “Y demostramos que estos fitopreparados tienen un efecto más potente con concentraciones diez veces menores que los productos purificados”.
Una investigación clínica con impacto real
El estudio se realizó en el Hospital Zonal Andrés Isola de Puerto Madryn, con la participación de 88 pacientes con dolor crónico de origen musculoesquelético, neuropático u oncológico. Los resultados fueron sólidos:
- 65% de los pacientes registró una disminución del dolor mayor al 50%.
- Hubo mejoras significativas en el insomnio (54%) y la ansiedad (43%).
- El 26% redujo o suspendió el uso de analgésicos tradicionales como ibuprofeno, tramadol o pregabalina.
“El objetivo era demostrar la efectividad de estos fitopreparados, su rango de dosis, y también medir cómo impactan en la calidad de vida: sueño, humor, ansiedad”, detalló la Dra. Flavia Aragón, médica generalista, especialista en cannabis medicinal y una de las autoras principales del estudio. “Y los resultados fueron estadísticamente contundentes”.
Avance científico desde lo público
La investigación, combinó la capacidad científica del CONICET-CENPAT con el trabajo clínico del hospital público y la Secretaría de Salud de la provincia del Chubut, en una articulación inédita que demuestra el potencial de la ciencia nacional aplicada a problemas de salud concretos.
“Es muy importante porque aporta evidencia local de su efectividad y seguridad”, afirmó Irene McCarthy, directora provincial de Farmacia. “Y además muestra lo que se puede lograr cuando la ciencia y la salud pública se asocian para hacer investigaciones conjuntas”.
Los extractos utilizados fueron elaborados con flores con más de 10% de THC, cultivadas en el marco de proyectos del CONICET, y formulados a 5 mg/ml de THC y 2 mg/ml de CBD. Se administraron por vía sublingual, en combinación con la medicación habitual de cada paciente. No se observó aumento en el uso de otros fármacos, sino que en muchos casos se redujeron o suspendieron.
¿Por qué espectro completo?
Los extractos de espectro completo contienen todos los compuestos presentes en la flor de cannabis: cannabinoides, terpenos, flavonoides, vitaminas, etc. Según Bigatti, esto genera un efecto sinérgico conocido como “efecto séquito” que potencia la acción terapéutica:
“El THC abre el sistema endocannabinoide y permite un mejor efecto de todas las otras moléculas. Por eso se requieren dosis mucho menores que con compuestos aislados”, explicó. “Y también por eso es tan importante que se permita la producción y comercialización de variedades registradas que contienen THC sin restricciones absurdas.
“Queríamos demostrar que el THC es la molécula buena y no la mala en el cannabis medicinal, es importante que siga el registro de las variedades con THC y que obviamente se permita la comercialización de las variedades registradas en el INASE sin restricción del THC ni del ni del CBD porque en el caso del dolor en lo que más se usa es el THC” .
Cannabis medicinal con evidencia y trazabilidad
La doctora Aragón remarcó que el estudio fue posible gracias a un circuito completo de producción, control y aplicación clínica:
“Fue posible gracias al desarrollo de variedades genéticas propias por parte del CONICET, la elaboración de los extractos, su análisis de calidad, y el seguimiento clínico desde el sistema público. Es un modelo de ciencia al servicio de la salud”.
Y agregó:“Con este estudio no solo se demuestra que funciona, sino que también se aporta evidencia que puede reducir daños: porque muchas personas lograron disminuir el uso crónico de analgésicos o antiinflamatorios, que tienen efectos secundarios bien conocidos, sobre todo en adultos mayores”.
Proyección social y normativa
Este avance científico no ocurre en el vacío. Los resultados de esta investigación fueron tenidos en cuenta en la redacción de la nueva Ley Provincial de Cannabis Medicinal de Chubut, que reconoce el derecho al uso terapéutico, el cultivo, la elaboración y hasta la exportación de cannabis con fines médicos. Solo resta su reglamentación.
“El cannabis medicinal no es recreativo”, aclaró Aragón. “Se trata de un uso responsable y terapéutico, con supervisión médica, en base a evidencia científica concreta”. A pesar del avance científico advirtió que Argentina aún mantiene una Ley Federal que penaliza la tenencia y el cultivo, salvo en casos regulados por el REPROCANN
En este sentido la investigadora celebra la sanción, en Chubut, de la Ley Provincial de Cannabis 1790 que aún espera su reglamentación. Mientras tanto, ya se encuentra en marcha un nuevo ensayo para evaluar el uso de cannabis medicinal como herramienta para ayudar a pacientes a dejar benzodiacepinas como clonazepam o lorazepam.
Un paso adelante en ciencia aplicada a la salud
Este estudio no inaugura el uso medicinal del cannabis, pero sí valida científicamente su efectividad en una de sus aplicaciones más extendidas: el tratamiento del dolor crónico. Y lo hace desde una lógica inclusiva, pública y federal.
“Es un logro colectivo, del equipo de salud, de los investigadores y de quienes confiaron en este camino”, concluyó Aragón. “Esto recién empieza”
Fuente: Revista THC
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